prolongación a fisterra y muxía

O que vai a Compostela,

fai ou non fai romaría,

se chega ou non a Fisterra.

                           (Cantiga popular)

 

El CAMINO A FISTERRA Y MUXÍA es la gran prolongación natural del Camino Francés hacia poniente. Conduce al antiguo confín del mundo, situado en los promontorios atlánticos de la conocida, desde finales del siglo XIX, como Costa de la Muerte.

Por lo tanto se trata del único itinerario jacobeo que no conduce a Compostela, sino que parte de la propia ciudad, actualmente recorrido por unos 50.000 peregrinos cada año.

El valor simbólico del fin del mundo ha convertido a este territorio terminal en un mito, y varias leyendas han intentado integrarlo en la cosmovisión cristiana a través de sus cultos: el milagro de la aparición mariana a Santiago en Muxía, el relato de los discípulos del apóstol Santiago que se desplazan a Duio (Fisterra) para solicitar el permiso de enterramiento al legado romano, el episodio de la caída del puente de Negreira cuando eran perseguidos…

A los anteriores se suma el culto al misterioso ermitaño San Guillerme, que moraba en el cabo Fisterra, y a través del cual se santificaron las prácticas paganas ligadas a procurar la fertilidad.

Desde el siglo XII había un hospital de peregrinos en Logoso (Dumbría), y varios más fueron fundados a lo largo del recorrido durante la Baja Edad Media, siendo asimismo muchos los peregrinos que, desde el siglo XIV, dejaron testimonio de su peregrinación a Fisterra y/o Muxía.

Que no te confundan el sabio Frestón, enemigo declarado de Don Quijjote, ni el mago Hermógenes, aquel que con sus malas artes quiso vencer al Apóstol Santiago: la ruta al Finisterre no es un Camino de Santiago más, sino una Prolongación con inicio en Compostela. Recorrerlo al revés es papanatismo y beatería.

Sin menospreciar algunas dificultades, como la cuesta del Mar de Ovellas, la ruta a Fisterra y Muxía es muy llevadera, con bastantes tramos asfaltados por pistas locales, aunque en los últimos años se están proponiendo alternativas que mejoran la experiencia (asociación Solpor).

Cada uno puede componer sus etapas con total libertad, dado que la oferta de albergues y otros alojamientos ha crecido mucho, lo que permite adaptar la distancia a nuestras capacidades o apetencias.

Los principales pueblos de apoyo son Negreira, Cee, Corcubión, Fisterra y Muxía. Otros intermedios, que suelen ser elegidos como fin de etapa, son Olveiroa, Dumbría y Lires.

El mayor atractivo de la ruta se encuentra al final, en los promontorios y salvajes arenales del litoral comprendido entre Fisterra y Muxía, pero también posee núcleos monumentales como los de Ponte Maceira, en torno a su puente, o Corcubión, con su casco histórico, sin olvidar edificios como el pazo do Cotón (Negreira), la Fundación Fernando Blanco (Cee), la iglesia de Santa María das Areas y el faro de Fisterra, o el santuario de Nosa Señora da Barca en Muxía.

Para los peregrinos ya bregados, cuatro días serán suficientes para completar la Prolongación, cinco si se pretende cerrar el triángulo de Hospital a Muxía. Si vas más despacio, o deseas permanecer un día en Fisterra y otro en Muxía, tendrás que ir pensando en una semana.

tramos

TRAMO SANTIAGO DE COMPOSTELA-HOSPITAL (59,8 km)

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Forastero que buscas la dimensión insondable. La encontrarás, fuera de la ciudad, al final de tu Camino. (Franco Battiato, Nómadas).

 

Magna aventura la de llegar al Fin del Mundo y tocar con tus manos la cama de San Guillerme, a la que acudían a procrear las parejas sin descendencia, y la prodigiosa barca de piedra que trajo hasta estas abruptas costas a la Virgen María.

La partida de Santiago de Compostela es gradual, discreta, sorprendente. Pasada la carballeira de San Lourenzo bajamos al río Sarela, y entre antiguas curtidurías nos introducimos en el bosque.

Hasta Negreira atravesamos la dulce comarca de A Maía, cantada por Rosalía de Castro, y a continuación la de A Barcala. Al entrar en la segunda cruzamos el caudaloso río Tambre por la medieval Ponte Maceira.

Ten mucho cuidado, al entrar y salir de Barca (antes de Negreira), en los dos cruces de la AC 447.

Al dejar Negreira, de forma teatral bajo el arco almenado de su pazo do Cotón, tenemos dos opciones para proseguir a Zas: el camino oficial, por la iglesia de San Xián y una carretera; la variante por un delicioso paseo fluvial entre arbolado.

Un largo pero pausado ascenso por el monte nos introduce en la Terra de Xallas, meseta ganadera en la que dominan los pastizales. Las pequeñas aldeas se suceden hasta cruzar el río Xallas, en Ponte Olveira, por un largo puente de origen medieval.

Al salir de Portocamiño, y para evitar un largo tránsito por la carretera, se ha marcado una variante, con carteles azules y flechas, que recorre 3 km por pistas forestales hasta Vilaserío. Tan solo es 300 m más larga que la oficial.

Pasado Vilar do Castro el Camino sube hacia el monte Vello para volver a bajar por Lago. Si en el desvío al monte sigues al frente ahorrarás 500 m y la cuesta.

Organiza bien tus etapas y, al llegar a Hospital elige la ruta de Fisterra para no perderte la visión de la llegada al océano desde el Monte do Cruceiro da Armada, donde podrás arrojar una piedra en su Cruz de Ferro.

Olveiroa es una cuidada aldea volcada en el Camino, y hasta ahora fin habitual para muchos en su segunda etapa. Aquí termina la planicie para avanzar primero al borde del encajado río Xallas, luego por los montes de Buxantes, límite con la comarca de Fisterra, hasta Hospital y la encrucijada viaria: a Fisterra o a Muxía.

 

Nuestras sugerencias

-Sin temor a convertirte en estatua de sal vuelve la vista atrás, en Sarela de Abaixo, para contemplar por última vez la fachada del Obradoiro. La visión le da mil vueltas a la del Monte do Gozo.

-Descansa en Augapesada antes de iniciar la subida al Alto do Mar de Ovellas, de solo 2 km pero con rampas de fuerte pendiente. En la cumbre encontrarás una fuente con agua de manantial siempre fresca.

-Dedícale un tiempo a Pontemaceira, uno de los enclaves más bellos de la Prolongación. Puedes visitar la capilla, los molinos, descansar en el bar y bajar a la orilla del río para contemplar mejor el puente.

-Del mismo modo que la Bella Durmiente, Olveiroa ha despertado de su letargo gracias al Camino, y hoy es un núcleo rehabilitado y con muchos servicios para ti.

-A partir de Olveiroa entras en el Territorio Vákner, un enigmático monstruo del que dio testimonio un peregrino armenio que pasó por aquí en 1493. Procura no toparte con él, o estarás perdido.

TRAMO HOSPITAL-FISTERRA (24,7 km)

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Si la ventura te acompaña podrás hacerte con una venera en las playas de Fisterra, preciado tesoro para los peregrinos del pasado.

Superado el mal trago de la gran fábrica de carburos metálicos, el camino real prosigue por una zona despoblada, hasta que desde el monte do Cruceiro da Armada se asoma al mar. Divisamos la ría de Corcubión con sus islas Lobeiras e islotes Carrumeiros, el granítico y pelado Monte do Pindo, el cabo Fisterra…

Una rápida bajada nos conduce primero a Cee, población grande y comercial, y luego a Corcubión, villa histórica, ambas con todo tipo de servicios.

¡Entre Cee y Corcubión que no te tomen el pelo! El camino más corto sigue el paseo marítimo ante el hospital, un agradable y corto paseo. Pero lo han marcado dando un enorme rodeo, 700 m más, por una carretera llena de tráfico y con tramos sin aceras.

De Corcubión a Fisterra aún habremos de superar dos cuestas, con paso junto a la playa de Estorde, por Sardiñeiro, y, antes de entrar a Fisterra, bordeando el gran arenal de Langosteira.

 

Finisterre no tiene pasado, ni presente, ni futuro porque es eterno y la eternidad no obedece ni al reloj ni al calendario; tampoco al dolor ni al amor, ni a la vida ni a la muerte. (Camilo José Cela)

 

En vez de buscar vieiras, que por la demanda escasean por estos lares, date el gustazo de probar otro molusco, el longueirón, que es el santo y seña de Fisterra.

Una vez en Fisterra aún habrá que subir al faro y regresar al pueblo, lo que supone hacer algo más de 6 km.

 

Nuestras sugerencias

-Del mismo modo que en la leonesa y famosa Cruz de Ferro, al contemplar por vez primera el océano echa una piedra al pie de la cruz que se ha dispuesto en el Monte do Cruceiro da Armada.

Cee y Corcubión son dos villas ideales para avituallarse, reponer fuerzas (te pondrán una tapa gratis con la bebida) o pernoctar.

-Podrás elegir playa para tumbarte en la arena y/o darte un chapuzón: Estorde con sus pinares; Sardiñeiro, más urbana pero excelente; la recogida y solitaria de Talón, que parece una cala balear; o la extensa playa de Langosteira.

-Sácate el calzado y, en vez de entrar en Fisterra por el paseo marítimo, hazlo pisando el arenal de Langosteira.

 

¿QUÉ HACER EN FISTERRA?

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Recuerda que está prohibido, a causa de los incendios que se han causado por tal costumbre, el rito de quemar viejas prendas de ropa en la punta del cabo Fisterra. ¡Lo viejo, al contenedor!

Citas peregrinas

Albergue Público. Si con los sellos de tu credencial demuestras que has completado la Prolongación hasta la localidad, te entregarán la Fisterrana, certificado municipal de peregrinación diseñado en 1999 por Enric Pascó.

Puesta de Sol en el cabo. Aunque hay otros lugares alternativos en los que contemplar este espectáculo diario y gratuito, eso sí, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, el cabo Fisterra, en las inmediaciones del faro, es el elegido por la mayoría.

Lo imprescindible

No dejes de practicar, amigo peregrino, el antiguo rito del baño en el mar, símbolo de purificación, al llegar a Fisterra.

-Subir hasta el faro de Fisterra, de mediados del siglo XIX, que dista 3,2 km del centro del pueblo.

-De camino al faro visitar la iglesia de Santa María das Areas, románico-gótica, que conserva la imagen pétrea policroma de su titular (siglo XVI) y la sobrecogedora y dramática talla gótica del Santo Cristo (siglo XIV), de gran devoción entre los peregrinos del ayer. Al igual que la catedral de Santiago tiene su Puerta Santa, y ant ella existe un notable cruceiro gótico.

-El puerto, con la nutrida flota pesquera y su moderna lonja, es el salón en el que se encuentran y despiden todos los peregrinos.

Nuestras sugerencias

Pero hazlo sin temor en la playa de Langosteira, segura y con vigilancia en temporada, nunca en los salvajes y peligrosos arenales de Mar de Fóra y O Rostro, porque algunos lo intentaron y ya no lo pudieron contar.

-Exige realizar una caminata extra de unos 800 m, pero en la cara opuesta del cabo te quedarás pasmado si acudes a la playa de Mar de Fóra, arenal salvaje de extraordinaria belleza. Es un lugar alternativo para contemplar la puesta de sol.

-Si subes al faro por la antigua ruta de A Insua, o te desvías desde la carretera (señalizado), podrás conocer un lugar que fascinaba a los peregrinos del pasado: las ruinas de la ermita de San Guillerme.

-En Fisterra está el castillo de San Carlos, concluido en 1767 para poner coto a los ataques de naciones enemigas y piratas, y en su interior un Museo do Mar único gracias a Francisco (el poeta Alexandre Nerium), su guía.

TRAMO HOSPITAL-MUXÍA (23,8 km)

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De Hospital el Camino baja a Dumbría, cruzando el río Fragoso y la carretera de A Coruña a Fisterra para entrar pasar junto al santuario de A Santiña de Trasufre.

El cruce de la AC 552 es realmente peligroso, pues se hace en una vaguada hacia la que descienden rápido los vehículos en ambas direcciones. Se está articulando una alternativa que evita el cruce y va junto al río.

Tras Senande se cruza un amplio terreno forestal antes de llegar a Quintáns, inmediato al que fue monasterio de San Martiño de Ozón.

Un rodeo por Merexo, divisando la ría de Camariñas, nos conduce hasta Os Muíños y el monasterio de Moraime, con interesante iglesia románica de tres naves.

Con antesala en las playas de Espiñeirido y da Cruz, ¡Muxía de repente a la vista!

 

No hay por cierto, en toda la costa orientada al Atlántico, Santuario más impresionante ni más significado por su situación topográfica y por su tradición religiosa, que conmemora la aparición de la Virgen a Santiago. (Hugo Rocha)

 

Nuestras sugerencias

-En Dumbría tienes uno de los mejores albergues del Camino. De arquitectura moderna, fue financiado por Amancio Ortega, el dueño de Zara, ¿te suena? Desde él puedes seguir a Muxía, pero también regresar en un santiamén a Marco do Couto, en el eje principal de Fisterra.

-Dicen que quien acude a la romería de A Santiña de Trasufre, y moja con agua de la fuente santa sus verrugas, dejando luego el pañuelo en la zarza, consigue que estas desaparezcan. Aunque no sea el día de la fiesta prueba a ver si hay suerte, muchos la han tenido.

-Detente a visitar el monasterio de San Xián de Moraime, cuya iglesia muestra dos portadas historiadas, y en su interior unos frescos tardo-góticos de los Pecados Capitales.

TRAMO FISTERRA-MUXÍA (28,8 km)

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En Fisterra iniciamos la marcha hacia Muxía por el Val de Duio, con buena vista de la ensenada desde San Martiño de Duio.

Superado un extenso pinar, descendemos hacia la cara agreste del litoral, aproximándonos al batido arenal de O Rostro.

 

El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza. (Leonardo da Vinci)

 

Más pinares se interponen entre Padrís y Canosa, aldea desde la que ya se desciende a la ría de Lires, la más pequeña de las gallegas. A mitad de trayecto, Lires dispone de servicios variados.

Superado el puente de Vaosilveiro, sobre el río Castro, un territorio rural, con alternancia de cultivos y bosquetes, nos conduce hasta Morquintián.

Toca ascender al monte Facho de Lourido, colonizado por un parque eólico, para divisar Muxía e iniciar el descenso a la villa junto a la playa de Lourido.

Entraremos en la localidad de Muxía por O Coído, la cara opuesta a la ría, siendo posible avanzar hasta la punta da Barca y el santuario.

 

Nuestras sugerencias

-Antes de llegar a Padrís te pedimos, por todos los santos del Camino, que te desvíes un instante hasta la cara norte de la playa de O Rostro. Es un arenal salvaje, enorme, dotado de un gran complejo dunar y agrestes agujas en este sector. Un pequeño paraíso.

-Si tienes querencia por el mar, en Canosa es posible tomar la senda costera que entra en Lires por su playa bordeando la ría. Harás 1 km más, pero vale la pena.

¿QUÉ HACER EN MUXÍA?

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Citas peregrinas

-Para obtener la Muxiana, certificado municipal de peregrinación, tendrás que acudir al Ayuntamiento (mañanas de lunes a viernes), al Punto de Información Turística (mañana y tarde, pero solo en temporada), o explicar tu caso donde e alojes, pues es posible que te puedan gestionar la entrega.

Otras piedras maravillosas que tendrás que buscar son la de A Cabeza, con un hueco donde habrás de posar la tuya para sanar de cualquier locura que padezcas, y la de Os Namorados, huelga hablar de su función. Hay una tercera, irreverente y gigante mamotreto justamente llamado A Ferida, que combatiré como
lo hice con los molinos.

-El santuario de la Virxe da Barca es el segundo final de esta Prolongación, aunque por desgracia casi siempre está cerrado. Ha perdido parte de sus exvotos marineros, y el valioso retablo mayor barroco, en el incendio que sufrió el día de Navidad de 2013.

Ver la puesta de Sol. El mejor lugar son las rocas inmediatas al atrio del santuario de A Barca, donde las olas, al romper, salpicarán vuestro rostro.

Lo imprescindible

-Además del Santuario de Nosa Señora da Barca, ya citado, en sus inmediaciones están las piedras santas que formaban parte del prodigioso navío mariano: la de Abalar o vela, plana y que oscilaba; la de Os Cadrís o casco, bajo la que se debe pasar tres veces; y la de O Timón.

-Al igual que en Fisterra, en el entorno del puerto y el paseo marítimo están las terrazas en las que se concentran los peregrinos.

Con tanta roca procura no quedarte de piedra, porque Muxía puede ser la última ocasión para saborear los pescados y mariscos de esta costa, gran tesoro del mar.

Nuestras sugerencias

-Subir hasta el monte do Corpiño, el punto más alto del promontorio que, aunque modesto (68,5 m de altura), desde su pedregal proporciona una impresionante panorámica de la villa y el litoral.

-Conocer los secaderos de congrio, oficio secular de la costa gallega que solo pervive en Muxía, uno activo en cada cara de la península.

-Dar un paseo hasta la playa de Espiñeirido, de arena fina y a 1 km del centro, en la que podrás darte un baño.

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